La narrativa chilena y el riesgo de la insignificancia

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Patricia Espinosa H.

Resumen

El mayor capital de nuestra narrativa, enclaustrada bajo un techo de acero, es el yo, que ha dejado a oscuras a la otredad, el colectivo. Esta narrativa se adscribe rigurosamente al realismo capitalista, centrada en un yo, esencialista, deshistorizada, emotiva, privatizada en cuanto a la preocupación por él/la sujeto/a protagonista y su entorno afectivo; además, sin expectativas de futuro, en constante trayecto hacia el pasado infantil o adolescencial. La definición del momento histórico por el que actualmente atraviesa la literatura chilena, es el de un lento pero decidido declive hacia la insignificancia. No está a punto de desaparecer, por el contrario, se está publicando mucho, incluso en pandemia. Tampoco quiero decir que en este siglo no se hayan publicado obras valiosas. Las hay y en buen número. Más bien se trata del corrimiento de lo literario en su conjunto hacia una zona de insignificancia cultural. Camino a convertirse en un nicho de consumo definido por un rango decididamente decreciente, la literatura parece estar rebelándose poco frente a este dramático hecho.

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Dossier