En este artículo propongo un modelo original de dos niveles para analizar el populismo que distingue dos sentidos distintos del término: el populismo simbólico y el populismo institucional. El populismo simbólico designa una matriz simbólica que algunos actores políticos usan para crear y movilizar mayorías políticas. En cambio, el populismo institucional es un plan para transformar el orden político en la dirección de una democracia iliberal, un autoritarismo competitivo o una autocracia legal. Aunque ambos tipos de populismo están relacionados, no necesariamente se presentan juntos ya que algunos actores populistas se mantienen en un nivel puramente simbólico. Este modelo contribuye al debate permitiendo una comprensión más precisa de la relación entre el populismo y la democracia liberal y tendiendo un puente entre algunas de las concepciones académicas más influyentes del populismo.