La Glaciación Puna durante el Wisconsin, Desglaciación y Máximo Lacustre en la Transición Wisconsin-Holoceno y Refugios de Megafauna Postglaciales en la Puna y Desierto de Atacama

Resumen

Ochsenius, C. (1986). "La Glaciación de la Puna del Pleistoceno Tardío, la Deglaciación y los Altos Niveles Lacustres durante la Transición Wisconsin-Holoceno y los Refugios de la Megafauna Postglacial en las regiones del desierto de Atacama y la Puna". Los datos geocientíficos (Geotectónica/Volcanología} apoyan un importante levantamiento de la Cordillera de los Andes durante el Cuaternario ("Junge Hebung"). Esta fase de levantamiento (que aún continúa en algunas zonas) tuvo una extensión de más de 8.000 km no isométrica sino diferencial y alcanzó una media de unos 3.000 m de altitud. Este último fenómeno sería la causa del trazado discontinuo y del hiato estratigráfico dejado por las glaciaciones anteriores (cf. "islas de glaciación" durante el Kansan/ Mindel/EIster, etc.). Hacia el Pleistoceno superior la tendencia al levantamiento aumentó progresivamente permitiendo una extensa glaciación alpina durante el wisconsin a lo largo de toda la cordillera. En este contexto, las antiguas glaciaciones en la región andina fueron muy limitadas, y dependen más del enfriamiento atmosférico que de la topografía preexistente (excepto, por supuesto, en el extremo sur de Sudamérica). Las características geomorfológicas de la Glaciación de la Puna indican un avance máximo de las lenguas glaciares hasta los 4.200 m, siendo el promedio regional (entre 17º-240 Lat. S) de ca. 4.400 m.s.n.m. Las dataciones radiocarbónicas de los sedimentos lacustres de las cuencas con desembocadura (a 2.500 m) revelan la importancia del efecto predomino de esta glaciación [o la evolución de los lagos someros perennes 27.000 a.C. Sus brotes de agua estaban más determinados por los ríos emisarios (régimen nivo-glacial}, originados al pie de los glaciares, y no por un clima pluvial típico. Los altos niveles de los lagos (100-160 m de profundidad) en las cuencas cerradas fueron causados por el derretimiento y la recesión drástica de los glaciares (Deglaciatíon} en torno al 13.000-10.000 a.C. Durante el período plenamente glacial el estado lacustre de estas cuencas era mucho menor. Así, por ejemplo, la cuenca de Carcote (el cuerpo de agua más meridional de la fase tauca del Altiplano) tenía un nivel normal de lago de unos 2 m, similar al actual lago Poopó. Durante la transición Wisconsin-Holoceno se produjo un fenómeno ecológico aparentemente contradictorio: Los altos niveles lacustres fueron contemporáneos a un aumento de la aridez en las zonas no lacustres debido a una mayor tasa de evaporación resultante de la tendencia postglacial de las temperaturas. Este hecho también explicaría la drástica contracción del patrón de distribución de los asentamientos humanos prehistóricos que aparecen en las evidencias arqueológicas (talleres líticos) en abundancia alrededor de estos paleoambientes que en la actualidad están llenos de evaporitas.

Todavía se desconoce cuánto tiempo resistieron los lagos profundos de agua dulce a la mejora climática del Holoceno en todo el mundo. Sin embargo, es probable que algunos llegaran a unos 9.000 años antes de Cristo. Después de esa época, toda la región se vio sometida a una desertización irreversible. En resumen, durante los últimos 30.000 años A.P. dos situaciones extremas caracterizaron la situación de los niveles lacustres cerca de la Cordillera Occidental, en la región de Atacama y el Altiplano: niveles bajos y medios dominaron durante el pleno glacial y niveles excepcionalmente altos (más de 100 m de profundidad) durante la drástica recesión glacial (Deglaciación Eo-Holocena y muy probablemente durante el Último Interestadial antes de 27.000 años A.P.). Los antiguos modelos paleoclimatológicos suponían un desplazamiento horizontal de las zonas climáticas estándar para explicar la mayor humedad de la región durante la última glaciación (desplazamiento hacia el sur de la zona de baja presión ecuatorial o hacia el norte de la actividad del frente polar en 60 grados). Sin embargo, el presente estudio sostiene que el patrón de circulación atmosférica ha permanecido constante. Una prueba de ello es la total correspondencia entre el máximo en altitud, a la misma latitud, de la línea de nieve de abeto durante la Puna-Glaciación y la línea de nieve de abeto actualo Esto no sólo implicaría que esta región fue uno de los dominios más secos a lo largo de los Andes, sino también la persistencia en latitud de la zona de baja presión subtropical. 

Finalmente, el análisis comparativo y la reinterpretación de las dataciones de radiocarbono, a nivel continental y local, sugieren la probabilidad de que grupos aislados de megafauna (Megatheriidae (Megatherium) Mylodontidae (Glossotherium) hubieran sobrevivido en el desierto de Atacama y otras regiones de Sudamérica hasta bien entrado el Holoceno. Los últimos hallazgos faunísticos muestran una dístribución típica de los refugios y coinciden con la existencia de oasis en Atacama (Pampa del Tamarugal). Los refugios edentata (sólo el 0,5% de un total de 500 localidades paleontológicas en Sudamérica) no modifican en absoluto la notable extinción masiva de la megafauna sudamericana hacia el final de la última glaciación y su sucesión, en la región de Atacama y la Puna, por grandes poblaciones de camélidos (Tribu Lamíní), que ocuparon los nichos ecológicos vacantes dejados por los gigantes pastores.