The Persuit of Happiness: notas desde el epicentro de la pandemia
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Abstract
Algunos meses atrás, fabriqué una mesa. Me tomé el tiempo de lijar todas las imperfecciones, redondear las esquinas y vitrificar la superficie. Una vez acabada, la llevé a mi habitación. Vivo en una casa vieja en uno de los barrios tradicionales de Denver. En sus más de cien años, esta casa ha tenido varias remodelaciones que la han dejado con algunos espacios peculiares. Uno de ellos es un recoveco largo y angosto que da a una pequeña ventana en mi habitación. Es lo suficientemente alto como para que yo pueda estar de pie ahí dentro, pero no mucho más; tendrá quizás dos metros de largo. Por años no supe qué hacer con él, hasta que decidí transformarlo en un rincón de escritura. A la mesa le añadí un pequeño librero y una lámpara. El lugar era acogedor y, más importante aún, uno de los pocos rincones en casa donde no había conexión a Internet. Sin embargo, hago clases en una ciudad cercana, y entre obligaciones familiares y laborales, escasamente pasé un día en mi nuevo escritorio. Hasta que llegó la pandemia.