La apropiación del espacio del otro en la literatura hispanoamericana: ¿sumisión o liberación?
Main Article Content
Abstract
En un primer momento, habría que pensar que la representación del espacio en el relato se cumple en buena medida por la descripción de los lugares y objetos que lo pueblan conformando así el escenario indispensable para toda acción narrada. Ahora bien, la descripción como práctica textual para dar cuenta del espacio puede darse desde la virtualidad del nombre y del nombre propio hasta la extrema expansión de la serie, el inventario o el catálogo que serían sus rasgos definitorios. Pero la serie no tiene forma, necesita algo que le ponga coto, que le dé sentido; un modelo, un esquema. La interacción entre la serie predicativa y el modelo de organización que le da forma y sentido establece el sistema descriptivo que está en la base de la representación verbal del espacio en los textos narrativos. Con frecuencia el espacio representado se va construyendo a partir del entreverado narración-descripción a cargo de un narrador más o menos impersonal, o bien filtrado por la conciencia reflectora del personaje focal. En todo caso, ese espacio representado tiene una primerísima e ineludible función de basamento, de escenario de la acción humana. No obstante, ni aun como escenario es el espacio representado algo neutro o inocente, debido al modelo mismo de organización que lo pone en contacto con la realidad extratextual.