El tercer año de la presidencia de Bolsonaro coincidió con el segundo año de la pandemia del Covid-19, y con el empeoramiento de las condiciones económicas del país. Este artículo sostiene que el desempeño económico de Brasil, resultante de una mezcla única de “mala suerte” e incompetencia, es el principal impulsor del bajo apoyo popular de Bolsonaro y de sus desfavorables perspectivas electorales, seis meses antes de los comicios. En base a la literatura sobre el voto económico y sobre la asignación de responsabilidad argumento que esto es cierto porque los ciudadanos (1) tienen poca memoria, (2) no descuentan las condiciones exógenas cuando emiten un voto económico, y (3) consideran al presidente responsable de los resultados económicos. Concluyo discutiendo cómo la temprana comprensión de una potencial pérdida electoral ayuda a explicar el creciente enfoque de Bolsonaro en su base de apoyo principal y los intentos sistemáticos de desafiar la limpieza de las elecciones brasileñas.