El poder aéreo ha pasado a ocupar un lugar central en la concepción contemporánea de defensa nacional. Los conflictos armados recientes han demostrado más allá de toda duda la esencialidad del poder aéreo para prevalecer militarmente. Otro tanto ocurre en las situaciones de disuasión general, condición asociada a situaciones de paz libres de tensiones inmediatas. Las soluciones estratégicas rápidas y limpias que ofrece el poder aéreo a las elites gobernantes hacen especialmente atractivo el fomento y desarrollo del mismo. La Fuerza Aérea de Chile (FACh) ha terminado una fase de su desarrollo y creado las bases para iniciar una de reorientación del centro de gravedad de sus misiones y comenzar un proceso de modernización. Cuatro áreas de sistemas han concentrado los esfuerzos de esta institución: primero, la adopción de una nueva y única plataforma de combate multípropósito; segundo, el desarrollo de capacidades de alerta y comando aerotransportado; tercero, la introducción y desarrollo de repostaje aéreo para aumentar su alcance estratégico y, cuarto, un sistema de comando centralizado y una red de bases modernizadas. El adecuado logro de estos desafíos, así como la mantención de un adecuado cuerpo de pilotos de combate convertirán a este cuerpo armado en el principal pilar de las capacidades disuasivas de Chile.