Desde hace quince años aproximadamente, la literatura sobre la gobernanza y la democracia local se ha multiplicado. En un contexto de importantes transformaciones del Estado en las democracias occidentales y de desconfianza ostensible por parte de la sociedad civil hacia la esfera de lo político, se considera muy a menudo el nivel local como la matriz a partir de la cual es posible refundar el vínculo político en una agenda participativa y menos centrada en los personajes políticos. Este artículo tiene por objetivo evaluar “el impacto” de la democracia participativa en la transformación del orden político. Para ello se focaliza en el cuestionamiento aparente del carácter central de los representantes elegidos, sobre el alcance de las políticas de habilitación y sobre las transformaciones de la ciudadanía.