El artículo analiza los resultados de las elecciones uruguayas de octubre de 2004, establece sus causas y evalúa las principales consecuencias que pueden generar sobre el sistema político. Particularmente se señala que las elecciones mostraron la mayor volatilidad de la historia uruguaya, una fuerte reducción de la fragmentación partidaria, y la constitución de un gobierno con mayoría propia por primera vez en casi cuarenta años. Sobre esa base, también se analizan las condicionantes institucionales y políticas del gobierno de la izquierda, tomando en cuenta, además, los importantes poderes institucionales del presidente, la disciplina legislativa del partido gobernante y la dispersión ideológica que existe en su seno.