El artículo describe los acontecimientos políticos del año 2006 marcados por la elección y asunción de Michelle Bachelet a la presidencia de Chile en marzo, y la muerte del ex dictador Augusto Pinochet en diciembre. Aunque el nuevo Gobierno prometía una altísima sintonía con la gente, y aunque el desempeño económico ha sido bueno, las instituciones políticas exhiben una creciente desafección ciudadana iniciada tempranamente con la movilización estudiantil secundaria, y una seguidilla de escándalos de corrupción. Una parte de estos problemas puede adjudicarse al propio Gobierno, incluida la débil conformación del gabinete de ministros; sin embargo, es el momento de la Concertación –coalición que lleva 17 años en el poder– lo que explica el mayor desgaste.