El 2023 en Chile fue un año intenso en lo político. Las presiones de la oposición en temas de seguridad y migración, y la aparición de casos de corrupción, exacerbaron los desafíos que enfrentó el gobierno. Con un Congreso caracterizado por su hostilidad y una marcada polarización en la clase política, el gobierno tuvo considerables dificultades para avanzar en su agenda legislativa y fiscal. En este contexto de agitación, el país experimentó un segundo fracaso constitucional después del rechazo contundente a la propuesta de la primera convención constituyente de 2021. Los partidos políticos acordaron un nuevo proceso, pero la propuesta final fue rechazada por el 56% de los votantes en diciembre. Para muchos, este evento revela problemas estructurales en la democracia chilena, con actores políticos fragmentados y una ciudadanía volátil. Para analizar más a fondo lo ocurrido el 2023, se utilizaron dos fuentes de datos. La primera es la información del Congreso sobre las bancadas parlamentarias y las votaciones en sala. La segunda es una encuesta longitudinal de tres momentos durante el proceso constitucional. Mediante estas herramientas, se pudo observar la dificultad que generó la descomposición de la disciplina legislativa sobre las expectativas del gobierno, así como la baja valoración de la ciudadanía sobre el sistema político en general y el proceso constitucional en particular.