Con un gobierno de transición y en medio de la pandemia del COVID-19, Perú celebró elecciones generales el 2021. Si bien la aceleración de la vacunación permitió ganar mayor estabilidad social y económica, la tendencia a la inestabilidad iniciada en el quinquenio pasado continuó durante los primeros meses del gobierno de Castillo. Un outsider sin partido ni soporte político alguno se enfrenta a una oposición radicalizada pero impopular, y que ha normalizado la amenaza de vacancia presidencial. La democracia se sostiene en el empate entre estos actores débiles: una democracia por defecto.