Este texto indaga la vivencia corpórea, esa complejidad que nos hace humanos y nos dota de identidad ante nosotros, los demás y el mundo. Es una contribución para zanjar la brecha de nuestra racionalidad obcecada y fomentar el diálogo de saberes y afectos, de culturas e intuiciones. Abordamos la corporeidad partiendo de nuestras vivencias y planteamos el concepto de “campo energético humano”, basados en la
tradición y sabiduría orientales y en algunas investigaciones médicas. Proponemos que nuestra corporeidad está integrada por siete cuerpos, como dimensiones fundamentales para nuestra salud, transformación consciente y trascendencia.