El desarrollo técnico y científico está provocando transformaciones sin precedentes, que han hecho que el cambio se convierta en el rasgo permanente de nuestras vidas. Al mismo tiempo, ello está provocando un adesarticulación de nuestra cultura, principalmente a nivel del mundo del trabajo, de las instituciones y de los valores. Por lo tanto, existe hoy una crisis del mundo contemporáneo, que implica, a su vez, una crisis del paradigma sobre cuyo trasfondo se ha prohijado, por espacio de siglos, una forma de entender el mundo y a los seres humanos. Esta crisis está permitiendo el surgimiento de una nueva interpretación de los seres humanos, cuyos planteamientos se insinúan en autores tales como Nietzsche, Heidegger y Wittgenstein. La Ontología del lenguaje recoge estos aportes, desde donde es posible intentar rearticular una nueva interpretación del fenómeno humano que permita, a su vez, un enfoque educativo en la perspectiva de los valores.