De la pobreza como problema a la pobreza como virtud
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Resumen
Vivimos en un mundo cada vez más polarizado entre ricos y pobres. Entre un pequeño grupo de personas que concentra y controla la riqueza mundial, y la gran mayoría de la población que no cuenta con las condiciones indispensables para poder vivir. Por otra parte, la globalización económica promueve un modelo de humanidad basado en el consumismo. El ser humano ha identificado la búsqueda de la felicidad con el comprar y adquirir los nuevos modelos que la publicidad impone. Nos estamos acabando al planeta -incluyendo a la humanidad- y las consecuencias son evidentes: calentamiento global, contaminación, extinción de especies, violencia, migración, etc. Por otra parte, la acumulación de recursos en manos de unos cuantos es algo que también destruye a los ricos, los deshumaniza. Consideramos por tanto que si bien la pobreza, como carencia de lo indispensable para poder vivir dignamente, es un problema que debemos solucionar; por otra parte, hay otro tipo de “pobreza” entendida como virtud, que nos ayuda a vivir más plenamente, y es aquella que nos proporciona libertad para centrarnos en lo esencial: la familia, la humanidad, el mundo y Dios. El objetivo del presente trabajo es pasar de la pobreza como problema a la pobreza como virtud.
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