El tema de los valores emerge con gran vigor en la época contemporánea y a los profesores les cabe una gran responsabilidad en relación a la educación axiológica. Los educadores pueden cooperar a la formación axiológica de los alumnos tanto implícita como explícitamente. El clima apropiado para realizarla involucra respeto, comprensión, exigencia. Las actitudes neutrales, evasivas o autoritarias, resultan insuficientes, equivocadas o irreales. El encuentro interpersonal aparece como un ámbito privilegiado para el contagio valórico. Es fundamentalmente desde y a través de las personas como tiene lugar la influencia axiológica. Por esta razón, la postura valorativa asumida por el profesor afecta decisivamente su ejercicio profesional. Desde esta perspectiva, se hace indispensable desarrollar en los mismos profesores, junto a la fundamentación teórica y a la capacitación metodológica, los valores que promoverán en su quehacer. En particular es preciso prepararlos para responder a los desafíos axiológicos del posmodernismo.